¿Cómo funciona un sensor inductivo?
Para averiguar el funcionamiento puede emplearse la chuleta siguiente: Inducción proviene del verbo en latín «Inducere», que significa «Introducir». Por tanto, se registra un contacto con un objeto introducido sin tocarlo. Para ello, el sensor dispone de una superficie activa en su lado frontal que fácticamente es un oscilador. Dicho oscilador produce un campo magnético en un semicírculo. Un objeto metálico introducido en el campo lo debilita. De este modo el sensor puede reconocer a qué distancia está y actuar en correspondencia. Dependiendo del modelo, la distancia de medición está entre 0,5 y 50 milímetros.
Un ejemplo procedente de la automatización industrial: El acero suele tener una distancia de conmutación nominal (Sn) de 6 milímetros. Si una pieza determinada se encuentra por debajo de esta distancia, el sensor inicia el movimiento de un brazo. El número de acciones que puede activar un sensor inductivo por segundo se llama frecuencia de conmutación. Este valor suele encontrarse entre varios centenares y varios miles de conmutaciones. Por tanto, los sensores son aptos para procesos de producción rápidos o la supervisión a tiempo real, por ejemplo, en el depósito de gasolina.
¿En qué se diferencian los sensores enrasados de los no enrasados?
Esta pregunta solo se da cuando un sensor inductivo debe montarse en un entorno metálico. Los modelos enrasados permiten que la superficie activa se monte de forma rasante con el entorno. Un aro metálico exterior apantalla la bobina de oscilación y evita que el metal adyacente influya en el campo magnético. Los sensores no enrasados no disponen de anillo. Por consiguiente, no deben estar enrasados con el material del entorno. Por regla general, deben tener una zona libre (distancia hasta el próximo metal) de como mínimo el triple de la distancia de conmutación nominal.
¿Qué debe observarse si los sensores inductivos están montados en serie o uno frente a otro?
Cuando se montan dos sensores inductivos enrasados en serie, la zona libre entre ellos debe ser como mínimo el diámetro de las bobinas de oscilación de los modelos. En el caso de sensores no enrasados, la zona libre debe ser como mínimo el doble de la distancia de conmutación nominal (2xSn).
Si los sensores se han montado directamente uno delante del otro, el peligro de que se influyan entre sí es muy elevado. Por tanto: su distancia debe ser como mínimo ocho veces la distancia de conmutación nominal (8xSn) y, si puede ser más, mejor.
¿Qué sustancias/materiales conductores detecta un sensor inductivo?
Por regla general, los sensores reconocen los metales siguientes:
- acero
- hierro colado
- níquel
- acero inoxidable
- cobre
- aluminio
- latón
¿En qué se diferencia la distancia de conmutación nominal (Sn) de la distancia de conmutación real (Sr)?
La distancia de conmutación nominal se mide en condiciones ideales. La distancia de conmutación real tiene en cuenta las circunstancias externas, como p.ej., grandes oscilaciones de temperatura. Por tanto, ofrece los valores con los que puede operarse en el uso diario. Nuestros modelos se suministran con carcasas de plástico o metal sólidas selladas con resina de epoxi. Se encargan de que puedan frenarse los efectos de las influencias externas.
Trabajar con sensores inductivos: resumen de ventajas y desventajas
Ventajas:
- sin contacto y, por tanto, sin apenas desgaste
- exactitud de conmutación y frecuencias de conmutación elevadas
- insensible a la suciedad
- insensible a vibraciones y sacudidas
- resistente a cortocircuitos
Desventajas:
- solo pueden detectarse metales
- la distancia de conmutación es tan baja que casi siempre deben conectarse varios sensores en serie
- debido a campos magnéticos pueden darse errores en la exactitud de medición, lo que puede ser una desventaja para algunos tipos de motores (híbridos)